Contents
Aerodinámica biomimética
Un ejemplo común de biomimetismo es el velcro. El velcro fue diseñado por un ingeniero que observó de cerca las rebabas de la bardana que se pegaban a su ropa después de un paseo por el bosque y se dio cuenta de los diminutos ganchos de las rebabas que se adherían a las fibras de su ropa. Más información sobre el velcro en este enlace.
Los pájaros han sido durante mucho tiempo la inspiración de los humanos a la hora de diseñar aviones. En este caso, el rápido vuelo del halcón puede haber influido en el diseño del veloz bombardero B2. Su elegante perfil y sus líneas aerodinámicas los convierten en eficientes voladores. Más información sobre el vuelo del halcón peregrino aquí.
La estructura de las hojas de loto (o nenúfares) les ayuda a mantener su superficie limpia y seca. Hay pliegues microscópicos y cristales de cera en la superficie de las hojas que les ayudan a repeler el agua y las partículas de suciedad. Las enseñanzas de esta planta pueden ayudar a los investigadores a fabricar pintura, vidrio y ropa autolimpiables. Más información sobre las hojas de loto aquí.
Aunque los mejillones viven en entornos húmedos, son capaces de adherirse a objetos sólidos para no ser arrastrados por la marea o las olas. Las fibras pegajosas que utilizan han servido de inspiración a los científicos para desarrollar un pegamento que pueda ser eficaz en condiciones de humedad. Más información sobre los mejillones aquí.
En qué animal se inspiró el avión
¿Es un pájaro..? ¿Es un avión…? Silueteado contra el cielo, a veces es difícil de distinguir. Comparemos sus rasgos: las aves y la mayoría de los aviones tienen dos alas unidas al cuerpo principal y una cola en la parte posterior.
Las similitudes entre estos dos usuarios del cielo -uno natural y otro hecho por el hombre- no son una coincidencia. La maravilla de la ingeniería de los viajes aéreos se basa en la inspiración biológica. Tras una eternidad soñando con el vuelo, era lógico fijarse en los ejemplos de éxito de la naturaleza a la hora de diseñar máquinas voladoras.
Descubre cómo las aves se enfrentan a las fuertes rachas de viento jugando a nuestro juego It’s a Breeze. Después, utiliza la realidad aumentada en tu teléfono para invitar a la lechuza Lily a planear por tu propia casa o espacio exterior con OwlAR.
La segunda historia habla de cómo los vehículos del tamaño de un pájaro, que pronto podrían entregar paquetes en tu casa o medicamentos en zonas remotas, pueden ahorrar combustible (o aumentar la autonomía y la vida de la batería) emulando la forma en que las aves utilizan sus colas.
Las aves pueden volar en condiciones de ráfaga que nuestros mejores aviones de esa escala nunca consiguen. Se trata de una capacidad importante para las aves, ya que no pueden permitirse el lujo de arriesgarse a sufrir lesiones graves por perder esa percha en un acantilado ventoso, o fracasar en demasiados intentos de atrapar una presa cuando están de caza.
Aviones de biomimetismo
Introducción En una sala rectangular envuelta en una red de camuflaje, cuatro halcones de Harris se turnaban para volar de un lado a otro entre perchas cubiertas de hierba mientras los científicos grababan cada uno de sus aleteos biomecánicos. Los investigadores participaban en el tradicional ejercicio de ver volar a las aves, aunque en este experimento su verdadero interés era verlas aterrizar.
En más de 1.500 vuelos entre las perchas, los cuatro halcones siguieron casi siempre el mismo camino, no el más rápido ni el más eficiente desde el punto de vista energético, sino el que les permitía posarse con mayor seguridad y control. Como describieron recientemente en Nature Graham Taylor, profesor de biología matemática de la Universidad de Oxford, los halcones volaban en forma de U, batiendo rápidamente sus alas para acelerar en picado, para luego elevarse bruscamente en planeo, estirando las alas para frenar su avance antes de agarrarse a la percha.
“Observarlos es fascinantemente extraño”, afirma Lydia France, científica de datos del Instituto Alan Turing e investigadora postdoctoral de la Universidad de Oxford que diseñó y ayudó a realizar los experimentos. La capacidad de los halcones para aterrizar casi deteniéndose en el aire no tiene parangón con sus homólogos mecánicos.
Airbus
Un ornitóptero (del griego ornis, ornith- “pájaro” y pteron “ala”) es una aeronave que vuela batiendo sus alas. Los diseñadores trataron de imitar el vuelo de las alas de los pájaros, los murciélagos y los insectos. Aunque las máquinas pueden diferir en su forma, suelen estar construidas a la misma escala que los animales voladores. También se han construido ornitópteros más grandes con tripulación y algunos han tenido éxito. Los ornitópteros tripulados suelen ser impulsados por motores o por el piloto.
Es posible que algunos de los primeros intentos de vuelo con tripulación pretendieran conseguir un vuelo con alas batientes, pero probablemente sólo se consiguió un planeo. Entre ellos se encuentran los supuestos vuelos del monje católico del siglo XI Eilmer de Malmesbury (registrado en el siglo XII) y del poeta del siglo IX Abbas Ibn Firnas (registrado en el siglo XVII)[1] Roger Bacon, que escribió en 1260, fue también uno de los primeros en considerar un medio tecnológico de vuelo. En 1485, Leonardo da Vinci comenzó a estudiar el vuelo de las aves. Comprendió que los seres humanos son demasiado pesados, y no lo suficientemente fuertes, para volar usando alas simplemente unidas a los brazos. Por lo tanto, esbozó un dispositivo en el que el aviador se acuesta sobre una tabla y acciona dos grandes alas membranosas mediante palancas de mano, pedales de pie y un sistema de poleas.
