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Primer avión de aluminio
El 3 de febrero de 1859 nació el ingeniero y diseñador de aviones alemán Hugo Junkers. A Junkers se le atribuye el mérito de ser el pionero en el diseño de aviones totalmente metálicos y alas voladoras. Como fundador de Junkers Flugzeug- und Motorenwerke AG, fue uno de los pilares de la industria aeronáutica alemana en los años comprendidos entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Entre los logros de su carrera destacan el Junkers J 1 de 1915, el primer avión práctico totalmente metálico del mundo, que incorporaba un diseño de ala en voladizo sin apenas refuerzos externos, y el Junkers F 13 de 1919, el primer avión de pasajeros totalmente metálico del mundo.
Dado que el conocimiento del poder calorífico del gas utilizado es decisivo para el modo de funcionamiento del motor, Junkers desarrolló simultáneamente un calorímetro, cuya patente fue registrada el 29 de junio de 1892. En octubre del mismo año, Hugo Junkers fundó su primera empresa, Hugo Junkers, ingeniero civil, y comenzó a trabajar en un establo alquilado por la compañía de gas. El calorímetro, que mide la diferencia de temperatura del agua calentada, fue presentado al público en la Feria Mundial de Chicago de 1893, donde recibió una medalla de oro. El propio Junkers se quedó en Estados Unidos y presentó el aparato junto con Paul Sachsenberg, de la Sachsenberg-Werke de Roßlau.
El primer avión
En un mundo en el que los aviones de pasajeros dominan la industria de la aviación comercial, puede resultar fácil olvidar lo lejos que han llegado estas aeronaves a lo largo de los años. Los motores a reacción han impulsado innumerables diseños de aviones desde la Segunda Guerra Mundial, pero esta revolución tenía que empezar en algún sitio, y lo hizo con el Comet de Havilland. Hoy se cumplen 73 años desde que este avión pionero realizó su primer vuelo.
En lo que respecta a la ingeniería aeronáutica, la Segunda Guerra Mundial resultó ser una especie de advenimiento para el desarrollo de nuevas tecnologías. Por ejemplo, en 1944 se introdujo el primer avión de combate británico, el Gloster Meteor. Después de la guerra, esa tecnología se utilizó en un avión que cambiaría la historia de la aviación.
El avión en cuestión era el DH.106 “Comet” de Havilland, que, al igual que varios aviones británicos de la posguerra, surgió como resultado del trabajo del Comité Brabazon. En lo que respecta al Comet, este diseño entraba en la categoría de Tipo IV del comité, que exigía un avión de pasajeros de alta velocidad de 100 plazas con motores a reacción.
Aviones de la 1ª Guerra Mundial
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El Junkers J 2 fue el primer avión totalmente metálico destinado a ser un diseño de avión militar dedicado, el primer avión totalmente metálico destinado a ser un avión de combate, y fue el descendiente directo del pionero diseño de demostrador de tecnología de avión totalmente metálico J 1 de 1915.
El contrato también especificaba que “el avión debe conseguir la mayor maniobrabilidad y agilidad en vuelo”, lo que expresaba una posible preocupación de la agencia gubernamental alemana respecto al uso de la pesada chapa de acero eléctrico que conformaba la estructura del anterior J 1. Junkers comenzó a trabajar en el túnel de viento y en el diseño rápidamente tras recibir el contrato y, a finales de la primavera de 1916, el primer ejemplar estaba terminado.
Una característica pionera en el J 2, que también se utilizaría en posteriores monoplanos totalmente metálicos diseñados y construidos por Junkers en la Primera Guerra Mundial, era una estructura de fuselaje delantero “unificada”, que combinaba el soporte del motor, las raíces del ala y el armazón de la cabina en una sola estructura.
Primer caza monoplano totalmente metálico
Hugo Junkers, que ya había establecido sus credenciales de ingeniero por la invención de un tipo de calorímetro y en la construcción de motores de combustión interna, se interesó por primera vez en la aviación en 1907 cuando un colega llamado Hans Reissner, profesor de la Technische Hochschule de Aquisgrán, se dirigió a Junkers para pedirle ayuda en la construcción de aviones. Cinco años más tarde, Reissner, con la ayuda de Junkers, comenzó a construir su diseño de canard totalmente metálico, al que llamó Ente (“Pato”). La empresa Junkers construyó las superficies de vuelo del diseño de Reissner y también su radiador. Los problemas encontrados en la creación del Ente hicieron que la activa mente de Hugo se dedicara a los problemas de diseño de los fuselajes, y a resolver el problema de la eliminación de los refuerzos exteriores de los fuselajes, que entonces eran habituales, colocando todos esos elementos estructurales dentro de la cubierta del fuselaje. En 1910 patentó en Alemania el concepto de avión de ala volante. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, su mente se centró en asuntos militares.
Después de que el asesinato del archiduque Francisco Fernando precipitara el estallido de la Primera Guerra Mundial, Hugo Junkers y el instituto de investigación de su empresa, o Forschungsanstalt, comenzaron los trabajos de ingeniería para hacer realidad la idea de Junkers de crear diseños de aviones que prescindieran de los refuerzos exteriores que producen resistencia. Su trabajo en el diseño del Ente de Reissner le había convencido de la necesidad de utilizar el metal como principal material estructural, pero como la aleación metálica aparentemente “ideal” para la construcción de aviones, el duraluminio, sólo se había inventado unos seis años antes en Alemania, y al principio era propenso a descascarillarse y a otras características indeseables cuando se trabajaba en forma de chapa metálica, Junkers tuvo que utilizar en su lugar láminas de acero eléctrico más pesado para sus primeros diseños de aviones totalmente metálicos, similares a los tipos de láminas metálicas ferrosas utilizadas en los transformadores eléctricos de núcleo laminado.
