Los aviones contaminan mas que los coches

La huella de carbono de los vuelos

Durante mucho tiempo se ha culpado a los aviones de las emisiones de efecto invernadero y del calentamiento global. Durante muchos años se les consideró el medio de transporte más contaminante. Se decía que los trenes, los autobuses e incluso los coches eran mejores que los aviones. Pero, ¿sigue siendo cierto este “sentido común” hoy en día? Según los últimos datos, no. Averigüémoslo.

De hecho, para evaluar las emisiones de un tipo de transporte debemos conocer primero su consumo de combustible por kilómetro. Después, hay que multiplicar esta cifra por un factor de emisión específico (que depende del combustible utilizado).  Luego hay que sumar a esta cifra las emisiones de las fases de fabricación y de fin de vida del vehículo analizado. Y si se trata de un avión, también hay que contabilizar las emisiones de forzamiento radiativo. Después, los resultados se ponderan y se dividen por el número de pasajeros y el número de kilómetros recorridos. El resultado será un número medido en g de CO2 /pasajero/km.

El “problema” es que hacer estas predicciones significa tomar (muchas) suposiciones. Por ejemplo, el número de kilómetros recorridos, el modelo de vehículo o el número de pasajeros se toman como valores estándar aunque no lo sean. Al final, todas estas suposiciones afectan al resultado final. A continuación podemos encontrar las cifras de contaminación del informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA):

Emisión de Co2 en vuelo

Se prevé que la demanda de transporte crezca en todo el mundo en las próximas décadas, a medida que la población mundial aumente, los ingresos se incrementen y más gente pueda permitirse el lujo de comprar coches, trenes y vuelos. En su informe Energy Technology Perspectives, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que el transporte mundial (medido en pasajeros-kilómetros) se duplique, que las tasas de propiedad de automóviles aumenten un 60% y que la demanda de aviación de pasajeros y mercancías se triplique de aquí a 2070.2 Combinados, estos factores provocarían un gran aumento de las emisiones del transporte.

  Precio de aviones pequeños

Pero las grandes innovaciones tecnológicas pueden ayudar a compensar este aumento de la demanda. A medida que el mundo se orienta hacia fuentes de electricidad con menos emisiones de carbono, el aumento de los vehículos eléctricos ofrece una opción viable para reducir las emisiones de los vehículos de pasajeros.

Así lo refleja el informe de la AIE Perspectivas de la Tecnología Energética. En él se expone su “Escenario de Desarrollo Sostenible” para alcanzar las emisiones netas de CO2 de la energía mundial en 2070. Las trayectorias de los distintos elementos del sector del transporte en este escenario optimista se muestran en la visualización.

Emisiones de Co2 en el transporte

Las aeronaves son una fuente de emisiones en rápido crecimiento dentro del sector del transporte, que ha superado al sector energético como la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono de Estados Unidos. En 2018, las aeronaves fueron responsables de alrededor del 3% del total de las emisiones de dióxido de carbono de Estados Unidos y de casi el 9% de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte de Estados Unidos. Los viajes aéreos comerciales representaron la mayor parte de las emisiones de dióxido de carbono de las aeronaves, mientras que la aviación militar y general representó el resto.

  Nombres de aviones comerciales

De 1990 a 2018, las emisiones de dióxido de carbono de los vuelos comerciales nacionales de Estados Unidos aumentaron aproximadamente un 18%. Estudios recientes estiman que las emisiones de los aviones estadounidenses aumentarán sustancialmente en los próximos 20 años. Además, los aviones siguen siendo la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono dentro del sector del transporte estadounidense que aún no está sujeto a la normativa federal sobre gases de efecto invernadero.

La aviación estadounidense forma parte del sector de la aviación mundial, cada vez más interconectado, que representa más del 2% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, pero es una de las fuentes de más rápido crecimiento. De 1990 a 2010, las emisiones mundiales de dióxido de carbono de las aeronaves aumentaron aproximadamente un 40%. De 2013 a 2018, las emisiones globales crecieron otro 26 por ciento. Si la aviación mundial fuera un país, ocuparía el puesto 20 de los mayores emisores de dióxido de carbono, y las emisiones de las aeronaves estadounidenses representan el 24% de todas las emisiones mundiales de las aeronaves. Si no se adoptan nuevas políticas, se prevé que las emisiones mundiales de las aeronaves se tripliquen de aquí a 2050.

Contaminación de los aviones

Jim Motavalli es periodista, autor, conferenciante y presentador de radio especializado en temas medioambientales. Colabora habitualmente con The New York Times, Barron’s, Environmental Defense Fund’s Solutions, MediaVillage y los informes de la Wharton School.

Mucha gente se preocupa por el impacto climático de sus viajes, y algunos incluso lo compensan con pagos a empresas de buena voluntad como Terrapass. Pero, ¿sabe usted realmente si tomar el tren es más ecológico que conducir? ¿Y hasta qué punto es malo volar?

  Los aviones comerciales las usan para propulsión

Según la Guía Verde de National Geographic, que ya no se publica, las emisiones se duplican aproximadamente si se cancelan las reservas de avión y se atraviesa el país en coche. Si toma el tren, reducirá el dióxido de carbono (CO2) a la mitad en comparación con el avión. Una razón clave es que el tren (o el autobús diésel) puede ser un gran emisor de carbono, pero está diseñado para transportar a muchos pasajeros, por lo que las emisiones per cápita son mucho menores.

Los aviones representan aproximadamente el 3% del total de las emisiones climáticas mundiales. Un solo vuelo produce tres toneladas de dióxido de carbono por pasajero, pero la cantidad aumenta drásticamente si el avión va casi vacío. Para complicar aún más el panorama de los aviones, éstos producen estelas de vapor y emiten ozono troposférico, que tienen un impacto climático importante, pero no duradero. En cambio, el CO2 del tubo de escape de un coche permanece en la atmósfera durante siglos.

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